La reunión entre Miguel Barbosa y Lilia Cedillo será un nuevo comienzo para el gobierno y la BUAP luego de que Esparza Ortiz, por su gran soberbia y vanidad, dinamitó la relación con el Ejecutivo local
Historias de un joven reportero
Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
La primera semana de octubre, sin lugar a dudas, dejó clara la reconfiguración del poder en Puebla para lo que resta del gobierno de Miguel Barbosa rumbo a los comicios sucesorios del 2024.
Tras sortear la aduana del 6 de junio, en la que el mandatario poblano se erigió como el gran ganador de las elecciones al vencer a todos sus conspiradores, Barbosa Huerta comenzó a trabajar en lo que será la nueva dinámica de su gobierno en la que aparecen nuevos actores y rostros diferentes a los que lo acompañaron al inicio de su gestión en el ya lejano 2019.
Y es que, a dos años y medio de distancia mucho ha cambiado en el círculo rojo poblano y sus orbitas de poder.
Ver: Un informe con olor a funeral
En apenas un par de meses, Barbosa dejó de preocuparse por los liliputienses Fernando Manzanilla, Alejandro Armenta, Genoveva Huerta y Tony Gali, quienes tenían toda la intención de convertir al gobernador del estado en una mera figura decorativo sin ningún margen de maniobra al someterlo desde el Congreso del estado y las principales alcaldías de la capital.
El complot mongol contra el residente de Casa Aguayo en el que todos los antes mencionados participaron desde sus trincheras fracasó en las urnas durante el primer domingo de junio.
Con sus odiadores hechos añicos, Barbosa Huerta ha comenzado a trabajar en un grupo cercano plural en el que caben liderazgos de todos los partidos políticos y ya no solo de Morena, PT o Verde Ecologista.
El primer círculo del gobernador de Puebla se mantiene y es más fuerte que nunca, pero ahora hay otro equipo bastante cercano, que le ha entregado buenas cuentas y con el que ha forjado importantes lealtades y complicidades con miras al 2024.
Los aliados barbosistas están bien identificados en el Congreso local y en los ayuntamientos más importantes del estado.
En la misma semana, la que está corriendo, Miguel Barbosa recibió todo el respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en su última visita a la entidad lo llenó de elogios por su colaboración con la federación, y encaminó lo que será el derrotero de los comicios presidenciales que marcarán a la sucesión en Palacio Nacional.
Sin ser el gobernador más cercano, Barbosa ha logrado que López Obrador lo reconozca como un sargento fiel y capaz para la operación electoral del 2024, en la que, por fin y a diferencia de este año, el mandatario poblano será el único encargado de sacar adelante la batalla en Puebla.
Ver: Se define el futuro de Claudia Rivera
Con 16 gobernadores emanados de Morena, AMLO sabe que la continuidad de su proyecto de nación por un sexenio más pasa en buena medida por los mandatarios de la 4T que estarán en funciones durante los próximos comicios presidenciales.
Todo comienza a acomodarse para Miguel Barbosa tras dos años en los que ha tenido que soportar y pelear en contra de sus opositores y traidores.
Como lo mencioné al inicio de esta columna, octubre inició de manera prometedora para el mandatario poblano, pues en apenas 10 días, Claudia Rivera y Alfonso Esparza pasaran a las memorias más ignominiosas de Puebla al ser recordados como la peor alcaldesa de la Angelópolis y el rector más corrupto en la historia de la máxima casa de estudios del estado.
Bien mencionó el gobernador Barbosa durante la mañanera de este martes al referir que la “tragicomedia de Rivera Vivanco ya llegó a su fin” para el bien de la entidad.
Este miércoles en Casa Aguayo habrá otro suceso que forma parte de la reconfiguración del poder en el estado.
La reunión entre Miguel Barbosa y Lilia Cedillo será un nuevo comienzo para el gobierno y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla luego de que Esparza Ortiz, por su gran soberbia y vanidad, dinamitó la relación con el Ejecutivo local.
El encuentro a puerta cerrada entre el mandatario poblano y la rectora se debe ver como lo que es: un hecho histórico al reunir al primer gobernador de izquierda en Puebla y a la primera mujer en ser rectora de la máxima casa de estudios poblana.
La BUAP y la comunidad universitaria dejará de ser utilizada como un utensilio de poder al servicio de los intereses de un pillo como lo fue Alfonso Esparza.
La Doctora Cedillo llegó a la rectoría de la Benemérita de Puebla con toda la intención de regresarle la grandeza a la institución y blindarle de cualquier tipo de conspiraciones y alianzas siniestras como las que hizo su antecesor con tal de continuar con todas sus bribonadas en menoscabo de la universidad.
En esta nueva dinámica de poder, la BUAP regresará a su papel de una institución dedicada a la academia y al servicio de los poblanos y ya no a grillas baratas como sucedió en la oscura era esparcista.
Al fin, la Universidad Autónoma de Puebla cuenta con una rectora a la altura y con un gobernador con ganas de que esta componga el rumbo.
Ver: Los inagotables chantajes de Genoveva Huerta
La reunión entre Barbosa y Lilia Cedillo, además de histórica, es necesaria para el bien de Puebla.
Octubre trajo aires renovados para la entidad y la tragicomedia de Los Conejos ya llegó a su final.
Ya era hora. Carajo.