¿Por qué Claudia Sheinbaum ahora sí avalaría la burda imposición de Nacho Mier como el abanderado de Morena en Puebla si hace apenas nueve meses ya lo bloqueó abiertamente para apoderarse del la entidad?
Historias de un joven reportero
Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
Ahora que el equipo de Nacho Mier busca aire por todos lados para volver a inflar el globo en el que se convirtió su ponchada candidatura y también intentan, de forma desesperada, encontrar acomodo con Claudia Sheinbuam, no está de más recordar la primera vez en la que la candidata presidencial de Morena ya bloqueó al diputado federal para apoderarse de Puebla.
La historia está pronta a cumplir un año y ahora cobra más relevancia que nunca.
Para ubicar un poco a todos aquellos alegres seguidores de Mier Velasco, que encontraron una señal bastante forzada en el discurso de Sheinbaum Pardo durante su encuentro con los diputados federales del Movimiento Regeneración Nacional, del Partido del Trabajo y del Verde Ecologista, hay que recordarles que la Doctora Claudia ya noqueó a Adán Augusto López en el primer round de la lucha por Puebla.
Este encontronazo entre Sheinbaum y López Hernández se dio en el marco del lamentable fallecimiento de Miguel Barbosa.
Eran horas cruciales posterior a la muerte del exgobernador de Puebla. Desde la Ciudad de México y aún sin que el cuerpo del mandatario fallecido regresara a Puebla, Adán Augusto López empezó a conspirar junto con Ignacio Mier para apoderarse del gobierno del estado y colocar como sustituto a algún alfil del expriista como Fernando Manzanilla o Enrique Doger.
El otrora poderoso secretario de Gobernación –contraviniendo las indicaciones de Andrés Manuel López Obrador quien le juró en privado a Doña Rosario Orozco que el sustituto de su fallecido esposo sería alguien del grupo– comenzó una operación con los líderes nacionales de Morena, PT, PVEM y PRI para impulsar a las propuestas de Mier.
Mientras se velaba el cuerpo de Barbosa en Tehuacán, los diputados Carlos Evangelista Aniceto y Daniela Mier presionaban a sus homólogos en el Congreso local para votar a favor de Manzanilla o Doger “por órdenes de Adán Augusto”.
De manera paralela, Claudia Sheinbaum cerraba filas con el entonces grupo barbosista y pedía hacer caso omiso a las presiones de Mier y las mentiras de Adán Augusto López.
Sabiéndose con la fuerza política de ser “la corcholata favorita del Presidente”, Sheinbaum Pardo encabezó desde Puebla la resistencia contra el arribismo de Adán y Nacho.
En un cónclave privado del grupo compacto de Miguel Barbosa salió el nombre de Sergio Salomón Céspedes, pero su propuesta sería celosamente cuidada y se jugaría con el nombre de Doña Rosario Orozco para bloquear la emboscada del titular de la Segob y de Mier Velasco, quienes recurrieron a todo tipo de amenazas, amagos con investigaciones de la UIF y hasta chantajes con procesos penales para “robarse” el gobierno del estado.
La propuesta tuvo el visto bueno de la hoy candidata presidencial de Morena, quien les prometió a los diputados locales que darían su voto a favor de Céspedes Peregrina, quien desde ese entonces ya estaba en los afectos de Sheinbaum y era reconocido como uno de sus proyectos para el estado para el 2024, que no habría persecución en su contra y que López Obrador ya había dado una indicación muy alejada de las ambiciones de Adán Augusto López y de Nacho Mier.
Ver: Lalo Rivera, Enrique Alfaro y la ruta que conduce a Puebla
En las horas previas a la sesión en la que se votaría al relevo de Barbosa Huerta, las amenazas del tabasqueño subieron de tono y se inició con “La Operación de los Teléfonos Apagados” (narrada en su momento de forma brillante por el periodista Mario Alberto Mejía) en el pleno del Congreso local, del cual saldría elegido Sergio Salomón como el gobernador sustituto de Puebla por mayoría de votos.
Con esta historia reciente de la aldea varias preguntas quedan flotando en el aire.
¿Por qué Claudia Sheinbaum ahora sí avalaría la burda imposición de Nacho Mier como el abanderado de Morena en Puebla si hace apenas nueve meses ya lo bloqueó abiertamente para apoderarse del la entidad?
¿Cómo es que la candidata presidencial de Morena le entregaría a Adán Augusto López la candidatura poblana para Mier Velasco si ya le dejó claro que tiene un interés especial por los destinos de la entidad poblana?
¿Si Nacho Mier es la supuesta carta marcada de López Obrador, qué ganaba Sheinbaum Pardo al vetar a sus alfiles del gobierno sustituto, que serviría de forma indiscutible como trampolín para su proyecto político del 2024?
Algo no cuadra con lo que malinforman los propagangistas de Mier y lo que es la realidad.
Ahí está una historia real que aun cala hondo entre los morenachos.
Off the record
Para entender la ruta y los planea de Claudia Sheinbuam en la selección de los nueve estados, entre ellos Puebla, que renovarán sus gobiernos locales hay que leer la última entrega de su columna del legendario Jorge Zepeda Patterson, uno de los periodistas más confiables y más cercanos a la abanderada presidencial de Morena y a AMLO, bajo el título “¿Y ahora qué hacemos con Adán y Monreal?”.
“Con toda razón Claudia sostendrá ante el presidente la necesidad de escoger o al menos vetar los candidatos a las nueve gubernaturas que estarán en disputa, con el argumento de asegurar con ellos y ellas una relación tersa los seis años de gestión. El presidente, a su vez, no sería indiferente a los casos de Tabasco y de Veracruz y Sheinbaum no vería con malos ojos los candidatos aparentemente favoritos de Palacio Nacional, Javier May y Rocío Nahle, respectivamente. En el resto de las entidades, las consideraciones de Claudia tendrían enorme peso, provisto que sean opciones capaces de ganar en las urnas.
Lo anterior no significa que la inclinación por uno u otro se traduzca en dedazos categóricos, porque la designación será resultado de una encuesta. Pero también es cierto que puede inhibirse una candidatura indeseada y, más importante, poner a correr la noción de que unode que uno de ellos o ellas es favorito de Claudia y del presidente. Por lo pronto, es evidente que los precandidatos de corrientes asociadas a Adán Augusto López o Marcelo Ebrard, súbitamente han perdido encanto entre las filas morenistas”.
¿Así o más claro?