Historias de un joven reportero
Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
En apenas un año, Genoveva Huerta, bautizada como la “Jefa Geno” por un ocurrente community manager, sumió al PAN en una crisis interna que tiene confrontados a los principales liderazgos del albiazul, convirtió al partido en una oposición de caricatura y transformó al Comité Estatal en un club de amigos, novios y familiares para repartirse el motín de las prerrogativas asignadas por el IEE.
Y es que la actual lideresa charra de Acción Nacional, quien llegó a relevar a Jesús Giles, otro triste invento del moremovallismo, a través de la imposición de Martha Erika Alonso, recibió en octubre del 2018 a un partido vivo y convertido en la primera fuerza política del estado al retener a la mala y por tercera elección consecutiva la gubernatura de Puebla.
Aunque su dirigencia fuera más una oficialía de partes y sin acumular ningún mérito más que la sumisión y la obediencia ciega, Huerta Villegas se sentía “Dios en el poder” al erigirse como una de las mujeres más cercanas a la extinta Alonso Hidalgo, quien tenía la intención del empoderamiento de la mujer per se, sin la obligación del escrutinio básico de perfiles o trayectorias; el único mérito que se recompensaba era la genuflexión hacia la pareja dictatorial de los Moreno Valle.
Tras el fraude electoral en Puebla, la entidad poblana se convirtió como el único gran bastión de Acción Nacional en el país tras el Tsunami de Andrés Manuel López Obrador.
La “Jefa Geno” se tiró a la hamaca y en lugar de componer la catástrofe azul que representó la elección del 2018 en la que el PAN perdió la mayoría del Congreso del estado, las 15 diputaciones federales, y las principales alcaldías del estado, comenzó a agandallarse todas las posiciones del Consejo Estatal y las del Consejo Nacional asignadas a Puebla, removió, sin ninguna justificación, a personal del Comité Directivo local y confrontó al ya disminuido partido tras el “helicopterzo” del 24 de diciembre.
Por incapacidad o simples limitantes naturales, Huerta no supo interpretar los mensajes del desmoronamiento del PAN, que se redujo a migajas una vez que sus diputados locales fueron incapaces de impedir la designación de Don Guillermo Pacheco Pulido como gobernador interino en febrero del año pasado.
La elección extraordinaria del año pasado, La “Jefa Geno” llevó al panismo poblano a tocar fondo al abrirle las puertas del PAN a Enrique Cárdenas, quien aborrecía todos los principios de Acción Nacional y al que por una década llevó al partido a sus años dorados en Puebla: el siniestro Rafael Moreno Valle.
Huerta Villegas pateó la tumba de los Moreno Valle.
Ni los comicios del año pasado reventaron la burbuja en la que Genoveva se encapsuló para evitar la realidad, al contrario, Huerta Villegas optó por dividir al partido durante la sesión del Consejo Estatal del pasado 8 de diciembre en la que la ex diputada federal impuso su voluntad, al estilo morenovallista, para infiltrar de alfiles e incondicionales las comisiones de dicho órgano del PAN.
Pero “La Jefa Geno” fue más allá.
El periodista Arturo Luna en su columna Garganta Profunda, del 12 de enero, titulada “El violento lado machista de Genoveva o el pequeño dictador (misógino) que lleva dentro la presidenta del PAN”, dio cuentas de la penúltima desafortunada decisión de Huerta, quien orilló a Amparo Acuña a renunciar como secretaria de Promoción Política de la Mujer del CDE del PAN.
“Con lujo de insolencia, el pasado 7 de enero, la ex diputada federal le exigió su renuncia a Amparo Acuña, como secretaria de Promoción Política de la Mujer (PPM), con un solo e ilógico argumento: Huerta odia a su marido, Jesús Zaldívar, presidente del Comité Municipal en Puebla capital. El embate de Genoveva, que no tiene fundamento estatutario, fue de tal magnitud que habría ordenado que se violara la privacidad de la oficina de Acuña y su asistente fue retirada con escolta policiaca”, revela el director de Puebla On Line para exhibir a las locuras de Genoveva.
También, el periodista Rodolfo Ruiz confirmó el creciente descontento al interior del panismo contra “La Jefa Geno”, al documentar en su columna del pasado martes el frente que se ha creado en el partido para derrocar a Huerta Villegas como efecto a la destitución de Amparo Acuña y de Mónica Rodríguez Della Vecchia como coordinadora del PAN en el Congreso del estado.
“Con la novedad que algunos cuadros panistas se reunieron este miércoles en un restaurante de Lomas de Angelópolis para complotar contra la presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN, Genoveva Huerta Villegas, a quien acusan de violencia política de género.
Los conjurados, entre los que figuran Pablo Rodríguez Regordosa y su esposa, la diputada Mónica Rodríguez Della Vecchia, así como Jorge Aguilar Chedraui, Mario Riestra Piña, Jesús Zaldívar Benavides y la diputada Nancy Jiménez Morales, se oponen a que Oswaldo Jiménez López sea el coordinador del grupo parlamentario del PAN en el Congreso del estado”.
En un año y tres meses, Genoveva Huerta dejó al PAN en migajas de cara a la elección intermedia del 2021.
Ahí están los inventos de Moreno Valle.
La receta perfecta del caos.
