Historias de un joven reportero
Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizPue
Ya sea por la onerosa herencia del morenovallismo, por lo inesperado de la naturaleza, o por errores propios, la administración de Tony Gali está en una profunda crisis que jamás se imaginó ni en los peores escenarios que un gobernador se plantea antes de asumir el control de Casa Puebla.
El problema latente del huachicol y la inseguridad en Puebla, los desastres y las vidas que cobró en la entidad el sismo del 19-S, y la desorganización de su gabinete ha convertido al primer año de de Gali Fayad en un verdadero calvario.
La ruta para los 20 meses que durará el mini gobierno de Gali era la de mantener un perfil bajo para no manchar el proyecto presidencial de Rafael Moreno Valle y no moverse demasiado para no opacar la precandidatura de Martha Erika Alonso para la elección del próximo año.
Sin embargo, las eventualidades y los problemas endosados por el sexenio anterior, han modificado de manera urgente el planteamiento original en el núcleo galicista.
Sin presupuesto para grandes obras ni tiempo para realizarlas, el gobernador de Puebla tendrá que enfocarse de aquí al final de su administración en la reconstrucción de viviendas, inmuebles y templos afectados por el temblor en la capital y en los municipios de la Mixteca.
Pero, Tony Gali no sólo enfrenta problemas financieros y de infraestructura, el sismo también dejó al descubierto, salvo contadas excepciones, la nula empatía y cercanía con la gente de sus secretarios.
Falta ver los vídeos que medios nacionales como Quinto Poder, Sin Embargo y Proceso, exhibieron del recibimiento que le dieron a Gali los pobladores de Metepec, Atlixco; y la pelea a grito peleado que protagonizaron frente al gobernador, el secretario de Turismo Roberto Trauwitz, y un habitante de la Mixteca que reclamó la falta de organización del gabinete estatal.
Al río revuelto que dejó el sismo en Puebla, los feminicidios en el estado es otra crisis que sigue latente al interior del gobierno de Gali Fayad. Aunque el temblor de hace unos días fue una válvula de escape para la administración estatal tras el caso de Mara Castilla, el asesinato Iraís Simón abrió de nueva cuenta la herida en la sociedad para retomar con más fuerza la violencia que viven las mujeres en el estado.
Los pronunciamientos de Amnistía Internacional, de la ONU y de la CNDH a favor de la activación de la Alerta de Violencia de Género en Puebla han generado una presión insoportable para la admnistración del ex alcalde capitalino.
El 2017, sí, es el año más violento en contra de las poblanas. Nada más contundente como esto.
Al principio de su gobierno, Gali ganó muchísima aceptación entre los poblanos por su ataque frontal al huachicol en Puebla, estrategia que jamás se vio durante el sexenio de Moreno Valle. No obstante, todo el reconocimiento se fue por borda con el Cachetes Gate.
El misterio caso de la detención de Othón Muñóz, el anuncio de la detención de un líder huachicolero hecha por Gali cuando se trataba de un empresario dedicado al robo de hidrocarburos, finaciador de campañas del morenovallismo y amigo íntimo de miembros de su gabinete y el trato que le dio la Sedena al caso, tiró a la basura el buen trabajo realizado en este tema por el gobernador poblano.
Por si fuera poco, en los próximos meses se viene una desbandada de secretarios de estado que abandonarán el barco galicista en la búsqueda de una candidatura para los comicios del 2018. A estas alturas, Gali tenía presupuestado enfrentar la pérdida de la mitad de su gabiente en total calma.
La realidad, sin duda, es otra.
Gali jamás pudo poner orden al interior de su administración con secretarios que guardaban lealtad al otro gobernador de Puebla: Rafael Moreno Valle.
En medio del proceso electoral, Gali tendrá que replantear sobre la marcha los últimos meses de su gobierno con gente nueva y en la coyuntura de los primeros comicios concurrentes en Puebla.
Toda una bomba de tiempo.
Quedó más que claro que para ser un buen gobernador se necesita más que una buena sonrisa para las fotografías y carisma natural.
¿Puebla sigue de Pie?
Lo dudo.