Historias de un joven reportero
Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizPue
En cualquier relación interpersonal, ya sea sentimental, laboral y política existe un punto de quiebra a pesar de los años de lealtad, sana convivencia, altibajos y crisis. Al binomio Moreno Valle – Tony Gali le ha llegado ese inevitable momento.
La lucha por la candidatura a la alcaldía de Puebla tiene a los dos gobernadores de Puebla en una negociación nada dócil, pues ambas bandos aliados quieren imponer a uno de los suyos como el abanderado del PAN en la capital del estado.
La primera señal de lo que parece el inicio de un divorcio ya la mandó el gobernador constitucional Tony Gali: frenó en seco la precampaña de Mario Riestra, quien en los próximos días se unirá de manera formal a su equipo de trabajo.
Como lo adelantó el periodista Valentín Varillas en su columna del lunes titulada «Gali-Riestra: el desencuentro», el ex secretario general del Ayuntamiento poblano sí tuvo una tensa reunión con Gali Fayad, pero el tema no fue su posible postulación como candidato independiente, en realidad, el gobernador ya comenzó a difundir la noticia de que el candidato del bloque aliancista será su hijo Tony Gali López.
Incluso, parte del equipo de operación electoral y territorial de Riestra fue contacto por el gobierno galicista para pedirles que «no trabajen por el candidato equivocado sino querían ser bloqueados en un futuro».
(Los informados aseguran que Riestra aceptó bajarse de la contienda y a cambio será designado como candidato a diputado federal por un distrito de la capital)
Pero, en realidad el mensaje de bajar a Riestra Piña fue dirigido directamente a Martha Erika Alonso, pues la secretaria general del CDE del PAN es —o era hasta el viernes pasado— quien realmente estaba impulsando al ex diputado local como su carta fuerte para llegar al Charlie Hall.
Y es que, Tony Gali hasta el momento solo ha sido un espectador del carrusel de las candidaturas en el que todos los morenovallista ya están subidos: Martha Erika Alonso, David Villanueva, Jorge Aguilar Chedraui, Pablo Rodríguez Regordosa, Javier Lozano, Juan Pablo Piña y Patricia Leal, quienes quieren la gubernatura, el senado y la alcaldía capitalina.
Pocos son los verdaderos galicistas como Arely Sánchez, Rafael Ruiz Cordero, Luz María Aguirre, Nadia Navarro, Xavier Albizuri o hasta el mencionado Tony Gali junior, que han pedido ser considerados en cuenta para la elección del próximo año.
La realidad es que Gali Fayad tiene todo el derecho de exigir que uno de los suyos sea el candidato albiazul para pelearle al PRI y a Morena el Charlie Hall.
Ahora, habrá que esperar la respuesta del morenovallismo al primer mensaje siciliano de Gali, quien ya bajó a uno de los suyos de la contienda y quien en las más recientes encuestas ya aparecía con números realmente competitivos para pelear por la alcaldía de la Angelópolis.
¿Quién podrá transitar entre el morenovallismo y el galicismo para ser el designado en la capital?
Con el casi destape de su hijo mayor, Tony Gali ya le dejó claro a Moreno Valle que no tiene pensado ceder la alcaldía de Puebla a alguien más. Él la ganó en el 2013 y por órdenes del ex gobernador tuvo que dejarla antes de concluir su periodo para pelear por la gubernatura el año pasado, sin la oportunidad de dejar a uno de los suyos en la silla vacante del Charlie Hall y aceptar, sin mucho agrado, la designación de Luis Banck como su suplente.
La ansias del poder y sus privilegios tiene al morenogalicismo en una de sus peores crisis.
Comienzan las deslealtades y la lucha interna por las candidaturas.
Parece que el break point entre Moreno Valle y Gali tiene como epicentro el Palacio que Porfirio Diáz inauguró en 1903.
Un divorcio por diferenicas irreconciliables.
Al fin, Tony se le rebela a su padre político.
¿Otro Gali a la al Ayuntamiento de Puebla?
El proceso interno en Acción Nacional está que arde.
