Historias de un joven reportero
Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
El marinismo no solo fue el régimen más infame en la historia de Puebla por la degradación de la administración pública y del quehacer gubernamental.
La revelación del escándalo de Lydia Cacho fue sólo la punta del gran iceberg que era el gobierno de Mario Marín.
De todos es conocidos los casos de corrupción, que sólo el gobierno de Rafael Moreno Valle superó, los constantes escándalos sexuales que tenían como protagonistas a los principales secretarios del gabinete marinista, los abusos de poder y el influyentismo, y los muchos casos de desvíos de recursos públicos y de quebrantos a las arcas del estado.
En la última entrevista que tuve con el gobernador Miguel Barbosa, el mandatario poblano fue puntual al condenar la riqueza de la que gozaban sus antecesores y los hombres y mujeres que los acompañaron en las principales carteras del estado.
Barbosa Huerta recordó esto en su mañanera del lunes: los delincuentes más grandes de Puebla viven en el fraccionamiento más lujoso se la ciudad.
Ver: Historia No Contada VIII: Los Chicos IDN de Sergio Castro
Más allá de lo que ya no era un secreto a voces, el marinismo también heredó hasta el último gobierno panista en Puebla un modelo económico que ellos patentaron en el ya lejano 2005: la venta de facturas falsas.
A la par de que inicio del gobierno de Marín Torres, hoy ya formalmente preso por el delito de tortura, también comenzó el ascenso de un empresario oaxaqueño dedicado a los temas fiscales y contables que nadie conocía: Sergio Castro, dueño de la desconocida, hasta ese entonces, Consultoría de Negocios IDN.
En poco tiempo, Castro López se convirtió en uno de los hombres más rico de Puebla cuya ostentación y suntuosidad pasaba desapercibida en la Angelópolos.
El “Oaxaco”, como se le conocía a Sergio Castro, fue el gran alquimista financiero de Mario Marín, a través del negocio de “las factureras”.
Ver: El regreso de Sergio Castro a Puebla
Tras su descenso al infierno por las persecuciones que emprendió el SAT y la Interpol en su contra por los delitos de defraudación fiscal y operaciones con dinero de dudosa procedencia, Castro tuvo que estar a ‘salto de mata’ en diferentes lugares de Centroamérica para evitar la cárcel.
Pero, las decenas de ‘damos de compañía’ del “Oaxaco” que se sumergieron en el peligroso mundo de la defraudación fiscal iniciaron sus propias consultorías, despachos y agencias una vez que su amo ya no estaba al frente del negocio.
Las factureras tuvieron su boom en el oscuro régimen morenovallista.
No podía ser de otra forma.
El portal de noticias MTP, que dirigen los talentosos Iván Tirzo y Elvia Cruz, han publicado en partes un gran reportaje de todas las empresas fantasmas con las que el morenovallismo desviaron cientos de millones de pesos del erario de Puebla.
No sólo ellos, ex alcaldes emanados del PAN, PRI y PRD ocuparon este modelo de negocios para enriquecerse escandalosamente durante sus administraciones municipales.
Hoy, todos son aliados en el bodrio ‘Va por Puebla’.
Tras el exilio de Sergio Castro, muchos de sus mecenas intentaron ocupar su trono vacante, pero sólo fue uno quien lo logró. Su nombre es Rafael Ramos, quien, a la fecha, es el principal facturero en la ciudad de Puebla.
Ver: Gobierno estatal ha presentado 150 denuncias por corrupción panista: Barbosa
Ramos González es el alumno más avanzando de Castro López, pues a través de un holding de empresas ha logrado colocarse como el principal proveedor de las empresas más importantes de la Angelópolis, de los gobiernos municipales actuales y de diversos exsecretarios de los gobiernos de Moreno Valle y de Antonio Gali.
El pasado lunes, Diario Cambio soltó una bomba atómica que impactó hondo en el seno del PAN tras la revelación de que la ASE denunció penalmente a los ex secretarios de Finanzas, Roberto Moya Clemente, Roberto Rivero Trewartha, Guillermo Bernal Miranda, Raúl Sánchez Kobashi y Enrique Robledo Rubio, así como a los subsecretarios Eduardo Tovilla Lara, Rafael Ruiz Cordero y Raúl Egremy Palomeque, por el desvío de 544.5 millones de pesos, a través de 194 empresas ‘fantasma’ o empresas factureras.
(Ver a las viudas y huérfanos de Rafael lamerse las heridas en redes sociales da pena ajena, ya que a nadie se le olvidan los saqueos y robos arteras a su paso por el gobierno del estado).
Durante el minigobierno de 20 meses de Tony Gali, Ramos González fue el gran vendedor de facturas a la administración del ex mandatario panista. Desde sus oficinas en la Torre Titanium, el empresario comenzó a crear un modelo de negocios con un pull de empresas de diversos sectores para poder continuar con su esquema fiscal.
Ver: ASE investiga a 24 empresas fantasma que facturaron 757 mdp en los gobiernos de Gali y RMV
Rafael Ramos es socio del Restaurante La Única; dueño de Eco Row, firma especializada en el manejo de residuos; de la mezcalera Elixir Agave; de Cesfi Group, compañía dedicada a la recuperación de carteras vencidas de servicios públicos como el del agua y el predial, y dueño de la empresa de servicio aéreos Skytactic.
De hecho, Cesfi Group era la encargada del cobro del agua del 2011 al 2014, hasta que se aprobó la privatización del agua, y se dice que también tiene el control del cobro de predial en el corruptísimo gobierno de Claudia Rivera, a través de su empresa hermana Goo Business SC, la cual fue creada tras el escándalo del despido masivo de trabajadores luego de que Agua de Puebla rescindió el contrato que mantenía con ellos en el 2016.
Si el gobierno de Barbosa busca acabar con toda la mafia de saqueadores de la SFA en el régimen morenogalista debe seguir bien las pistas de los hombres que colaboraron a crear ese modelo de negocios en el que se convirtió a la administración pública.
La ruta del dinero está clara y ya muchos prefirieron huir despavoridos de Puebla a terminar como Eukid Castañón, Mario Marín o Valentín Meneses.
Follow the money.
