Al igual que Jorgito Aguilar y Paisano, Javier López Zavala también demostró su pequeño tamaño como político. Con cinturón Salvatore Ferragamo y zapato fino, el ahijado de Mario Marín llegó hasta Atzala sólo para hacer presencia y con las manos vacías, eso sí, el candidato fallido a gobernador no dejó de repartir abrazos de caguamo y los famosos «‘cho gusto y ‘chas gracias».
No podía faltar el oportunismo de los políticos. Javier López Zavala se apreció en Atzala @CentralPuebla pic.twitter.com/ujMmV9w2Ix
— Osvaldo Macuil (@OsvaldoMacuil) September 20, 2017
A la lista de oportunistas también se sumaron el delegado del IMSS en Puebla Enrique Doger y el alcalde de San Pedro Cholula José Juan Espinosa, quienes compraron publicidad en Facebook para pavonearse por el trabajo que están obligados a hacer, ya que sus muy elevados salarios salen de los impuestos de todos nosotros.
Queda claro que para Doger y el JJ vale más una selfie que la seguridad de los derecho habientes y de los ciudadanos.
A pesar de la clase política inhumana, en Puebla y en México se dieron muestra que no se necesitan de ellos para salir adelante de la adversidad ni para poner de pie a un país que está acostumbrado a las tragedias y que, sin importar, que tan devastadoras sean, seguimos adelante.
#TodosSomosUno