Hoy, corremos el mismo riesgo que en 2007, en el caso de Florence Cassez, solo que esta ocasión es en el caso más sentido y mediáticamente mas intenso en la historia moderna de nuestro país. La impunidad que suceda en el caso de Fatima, será responsabilidad exclusiva de la mala preparación e improvisación del ministerio publico al que haya tenido la suerte