¡Qué hueva con el Congreso del estado!

La “mente maestra” detrás de ese dislate jurídico es la hoy flamante Subsecretaria de Auditoría a Gasto Corriente de la Secretaría de la Secretaría de la Contraloría del Estado, Beatriz Alatorre Guerrero, conocida en los pasillos del Edificio Ejecutivo del CIS cómo “La Patas Verdes”.

Por: @LicJaiboles

En repetidas ocasiones he dejado claro que Lalito Rivera no es santo de mi devoción, vaya, me tiene bloqueado en Twitter, como el clásico «político» de piel delgadita que no sabe aguantar “la calor” propia de este tipo de redes sociales.

Recuerdo que me bloqueó cuando lo increpé por el hecho de que se dejara pendejear brutalmente por el entonces mandamás, Rafa, el primer 15 de septiembre en el Palacio del Ayuntamiento de Puebla.

Sin embargo, está de hueva el procedimiento que le instauró el Congreso y por el que lo inhabilitaron y multaron.

Me explico.

Tal parece que los subnormales que despachan en la Auditoría Superior del Estado (léase Homero Ancheíta) ignoran por completo los preceptos de la Ley de Obra, la de Responsabilidades Estatal, la Orgánica Municipal y el Código Reglamentario de la Heroica Puebla de Zaragoza.

Grosso modo, se le imputan diversas irregularidades derivadas principalmente de la ejecución de obra pública.

¿Acaso el gris Lalo tiene título en Ingeniería Civil o afín? ¿Qué los supervisores de obra pública están de adorno? ¿Puebla es un caserío jodido en dónde el Presidente Municipal debe estar al pendiente de que el empedrado de la calle de la pulcata lo ejecuten en tiempo y forma?

La respuesta a todas las interrogantes es simple: NO.

Precisamente, por las dimensiones y el tamaño del presupuesto de la capital del estado, es que tienen el Código Reglamentario Municipal más voluminoso del estado ¡Vaya! Es más voluminoso que el de ciudades de mayor tamaño.

En dicha norma se contempla la existencia de una “Secretaría de Obras” y de ahí para abajo tienen una estructura que se supone profesional y especializada en esa materia, es por ello, que la responsabilidad en la ejecución de las obras corresponde a ellos y a nadie más que ellos, dicho por la misma norma.

Por ello, es que me da una tremenda hueva que a Lalito le inicien el mencionado procedimiento de  responsabilidades basado en obligaciones que, legalmente, no le competían.

De una vez se los digo, Lalo les va a ganar todas y cada una al estado en el Juicio de Amparo.

Al tiempo.

Sin embargo, no dejo de regocijarme por el hecho de que está en la picota. Comenzó y terminó su mandato lamiéndole las botas a Moreno Valle; jamás respingó a ninguna de sus decisiones u órdenes; ahora Rafita le patea el trasero.

Eso, mis estimados amigos, se llama karma.

Mención aparte se merece la azul defensa de Lalito Rivera metiendo la defensa cortita, al último día ¡Se apendejan, mis chavos!

¿Acaso no se la sabían que en Puebla, ilegalmente por supuesto, las resoluciones que aún no han causado estado se mandan a ejecutar inmediatamente? Así al chingue a su madre. Ahí que se defiendan y le hagan cómo puedan.

La “mente maestra” detrás de ese dislate jurídico es la hoy flamante Subsecretaria de Auditoría a Gasto Corriente de la Secretaría de la Secretaría de la Contraloría del Estado, Beatriz Alatorre Guerrero, conocida en los pasillos del Edificio Ejecutivo del CIS cómo “La Patas Verdes”, una abogadilla mediocre cuyo punto culmen en su currículo es haber sido Secretaria de Acuerdos de un Juzgado de Distrito, en el que se dice que además llevaba una estrechísima relación personal con el entonces Juez y hoy Magistrado.

Esta fulana, además, es responsable de que en el sexenio morenovallista, se hayan caído infinidad de asuntos enderezados en contra de los marinistas, ya que la señora los calentó por tanto tiempo, que muchos de ellos se prescribieron en su propio escritorio.

Ahora hay más de un delegado sujeto a procedimiento por haber esperado a que la doñita tomara alguna decisión en relación al sentido de las resoluciones.

Ojalá que la Justicia de la Unión determine amparar a Lelo cuando todos y cada uno de los plazos para inscribirse en un puesto de elección popular hayan fenecido, para que aprenda la lección y a la otra no le dé miedo levantar la voz contra las marranadas de Rafa.

Igual y lo hubieran sujeto a procedimiento pero con la diferencia de que los amparos se los hubieran concedido a tiempo para poder contender.

Cómo lo dije: el karma no perdona

En fin, amigos, ya no se ni lo que escribo. Estos Macallan 18 comienzan a hacer estragos.

Los leo después.