Por: @LaChef10
Desde hace muchos años Manuel Andrés López Obrador (orden real de su nombre) ha buscado convertirse en presidente de la República, vive con los sueños brasileños de pensar que la tercera es la vencida, tal y como lo hizo Lula, en Brasil (creó que desde hace unos años dejó de tomar al ex mandatario como ejemplo por la situación en los que están nuestros amigos cariocas).
Los problemas de Manuel Andrés no son sus más de 12 años de campaña ni la polarización de la sociedad hacia su persona ni insultar a las instituciones cada vez que puede ni tomar las calles de la Ciudad de México para su “protestas pacíficas” ni engañar a mucha gente ni imponer candidatos con sorteos de tómbolas ni crear su propio partido.
¡No!
Todos estos señalamientos no son los que más me causa intriga. El que realmente me quita el sueño es saber cuál es el nombre de la persona que le empoderó como mesías, pues ahora AMLO se siente con todo el derecho de perdonar o condenar a quién se una a su partido.
Cualquier personaje con un pasado escabroso, un historial de ratero o un perfil de defraudador, queda perdonado en cuanto recibe su militancia morenista.
En Puebla tenemos el ejemplo de juntar a muchos que mordieron la mano de quien les dio de comer en el pasado.
El Senador Miguel Barbosa (preocupado porque la gente sepa que es de Puebla), primero ayudó al ex gobernador Rafael Moreno Valle. Desde el 2010 y hasta el 2014, ambos hicieron y deshicieron al PRD como quisieron; ya cuando el buen Rafita le dijo que no sería el candidato a la gubernatura por el bloque aliancista, Barbosa sufrió de demencia y se le olvidaron los acuerdos bajo el agua entre ellos. Todo orillado por la sed del poder.
Otro ejemplo es el alcalde de San Pedro Cholula José Juan Espinosa, a quien también se le olvidó que llegó a la presidencia municipal por la gracia divina del morenovallismo y sus estrategias electorales. Este joven chapulín, el JJ, una vez en el poder mordió la mano del ex gobernador y ahora a través de Facebook quiere hacer una revolución en redes sociales.
Luego tenemos al fan number one, tal como lo relato mi amiguito @GerardoRuizPue , el marinista-colosista-obradorista-morenista-pejista Alejandro Armenta, quien después de merecer abundancia (y vaya que mereció abundancia) en el gobierno de Mario Marín; de cubrir el caso de Lydia Cacho (que espero no tenga que ver con los gustos infantiles del precioso y del empresario Kamel Nacif) fue perdonado así como liberado de sus pecados cuando firmó su apoyo en un evento nacional a favor de López Obrador, con la misión de incendiar a Puebla y alcanzar así algún hueso el próximo año.
También, está Fernando Manzanilla, cuñado del ex gobernador, candidato presidencial, “escritor” y ultra famoso Rafael Moreno Valle, quien fue exonerado de todos sus tropiezos durante el anterior sexenio solo por desenmascarar a los operadores del morenovallismo y orillarlos a esconderse, pues el ex titular de la SGG sabe y sabe mucho. Aunque tanto peca el que mata la vaca como el que le amarra la pata.
Y para cerrar con broche de oro, tenemos al exgobernador priista y hoy senador por el Partido del Trabajo, Manuel Bartlett Díaz, quien hace unos días tuvo la inteligente idea de pelearse con Don Cuauhtémoc Cárdenas (una de las figuras con más peso y credibilidad en la política mexicana). Con una desmemoria digna de un análisis psicológico, a Bartlett se le olvidaron los crímenes cometidos en la elección presidencial de 1988. Cárdenas acusó al legislador de no haber contado la historia completa y omitir los detalles cuando le robaron por primera vez a la izquierda en el país una elección federal.
Bartlett dijo, a la Pedrito Fernández, “ay mamá que yo no fui. Yo te aseguro que yo no fui, son puros cuentos de por ahí. Tú, me tienes que creer a mí”.
Solo faltó que el ex gobernador poblano declarase que lo habían hackeado y que todo fue un pacto del PRIAN. Barlttlet es muy olvidadizo, pues gracias a que desde la Secretaría de Gobernación montó la estrategia para robarle la elección a Cárdenas, fue premiado con llegar a la gubernatura de este hermoso estado.
Postdata. El señor López Obrador tiene muy en cuenta la importancia de pasar la charola, después de ver que su hijo estaba muy verde y lo grabaron en el acto.
Ahora para ese trabajito mejor se trajo a alguien con experiencia y un largo colmillo: Lino Korrodi, quien fuera el padre del grupo de Amigos de Fox y master de los moches.
La iglesia amlista perdona todo, siempre y cuando le asegures unos cuantos fajos de billetes y/o unos cuantos votos seguros.
Sin más que decir mis lectores los espero la próxima semana.
XOXO.
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