Olimpiadas Delictivas de Puebla

Lamentablemente todo esto ni son unas olimpiadas ni es producto de un toque de mariguana. Desafortunadamente, es la realidad de la ciudad de Puebla.

Por: @Demente120

Mis queridos Dementes de closet, hoy doy por inaugurados una serie de juegos extremos, algo que llamaré la ODP (Olimpiadas Delictivas de Puebla). Contaremos con dos categorías, la de los ciudadanos de primera clase y la de los de segunda, al igual que el trato que nos da el gobierno del PAN.

Lo bonito de estas olimpiadas es que todos los ciudadanos podemos participar sin ningún tipo de discriminación. El reto consiste en terminar la semana sin ser asaltados en el transporte público, para los concursantes de segunda clase; y que no te roben tus llantas o alguna otra autoparte de tu vehículo, para los participantes de primera clase.

Una de las reglas de las ODP, es que en caso de ser víctima de algún delito tienes derecho a denunciar sin ningún tipo de garantía o apoyo por supuesto. Si llamas al 911, en lugar de correr, y por esa razón terminas herido, es bajo tu propio riesgo. Si eres asaltado y atrapas al agresor, no se te garantiza la detención, pues si la policía no está presente durante el delito, no hay flagrancia.

Si descubres el lugar donde están vendiendo los rines, llantas o celulares que te robaron, puedes comprarlas pero no tienes derecho a hacerla de a pedo.

En caso de ser herido por alguna incidencia delictiva, de esas mal intencionadas como dice nuestro góber, quedarás automáticamente descalificado. Pero, no te preocupes, empezando la semana puedes volver a participar.

Los semifinalistas serán aquellos que aún cuenten con pertenencias para poder seguir siendo atracados.

Pasarán a la final, quienes superen una semana sin sufrir algún tipo de delito. El premio principal será conservar su vida.

Lamentablemente todo esto ni son unas olimpiadas ni es producto de un toque de mariguana. Desafortunadamente, es la realidad de la ciudad de Puebla.

Aunque no pierdo la esperanza de que las cosas cambien y existimos pocos ciudadanos bendecidos por el dios del peyote y en nuestros viajes creemos que quizá alguna autoridad tenga la intención de acercarse al pueblo para dar soluciones y no solo para buscar el voto.

Gobernador Antonio Gali, lo invito dar un recorrido por los puntos rojos de la ciudad; a acercarse a la lumbre para que se convenza de que no somos gente mal intencionada, somos ciudadanos hasta la madre de la inseguridad, cansados de los discursos y promesas. Decir y hacer son cosas muy diferentes.

En algún momento con el cambio de gobierno de PRI a PAN, llegué a creer que las cosas mejorarían. Pensé que se podría, y sí, todo se pudrió.

Señores dirigentes, de este tianguis gigante llamado Puebla, entiendo que somos una ciudad de tradiciones, pero no chinguen, no hagan de la delincuencia una tradición.

Yo soy el Señor Demente. Nos leemos la próxima semana en otra fantasía textual.

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