El Tío Poncho, hábil para hacer negocio con el dinero ajeno, firmó una cláusula de 90 millones de pesos en el contrato de compra de los derechos del equipo de fútbol de la BUAP. Esta condición millonaria consistía en que si los nuevos dueños decidían trasladar a otra plaza o vender a la escuadra universitaria tendrían que pagar dicha multa