El poster del Mundial, de hecho, fue la sombra de un jugador sobre uno de los Atlantes de Tula, un tipo de reinterpretación de los juegos prehispánicos. Independientemente de la década y del olvido en el que han caído estos afiches, las fotos son atemporales, pues describen la única relación que importa durante un partido: el balón y el tiempo